lunes, 27 de febrero de 2017
domingo, 26 de febrero de 2017
Soledad
Fotografía tomada en el Estado Mérida, Venezuela. |
SOLEDAD
Arropa el espacio
dilata el tiempo;
apacigua los ruidos
aviva el silencio.
No hay voces ni risas
apacigua los ruidos
aviva el silencio.
No hay voces ni risas
ni abrazos ni besos;
los versos no riman
se ocultan los sueños.
Soledad que me ciñe
los versos no riman
se ocultan los sueños.
Soledad que me ciñe
de gratos recuerdos,
me enseña lo íntimo
del Yo que no veo.
La tengo en mi mano
La tengo en mi mano
también en mi pecho;
Se sacude de pronto
cuando más la quiero;
Aparece al brinco
cuando menos deseo.
Soledad que me enseña
Se sacude de pronto
cuando más la quiero;
Aparece al brinco
cuando menos deseo.
Soledad que me enseña
a meditar en el vuelo
¡Oh, mi alma se aviva
contigo yo crezco!
Soledad es un dueto
contradictorio, imperfecto...
algunas veces verbo,
otras, otras... ¡adjetivos necios!
contradictorio, imperfecto...
algunas veces verbo,
otras, otras... ¡adjetivos necios!
Soledad le doy gracias
por la compañía que me da:
es sempiterna, fiel…
es efímera, esquiva…
¡En ambos casos Soledad,
Usted es mi verdad!
por la compañía que me da:
es sempiterna, fiel…
es efímera, esquiva…
¡En ambos casos Soledad,
Usted es mi verdad!
jueves, 16 de febrero de 2017
El Sol Rosado de una tarde de marzo
El Sol Rosado de una tarde de marzo
mis ojos se embelesaron
mirando el atardecer y el
cielo
¡Oh musa que me inspiraba!
Las nubes se reacomodan
dejando hoyitos al paso
grisáceos, algunos blancos
… y el Sol… pícaro y sigiloso
a su antojo los seduce,
colándose entre ellos
al rompe les prende luces,
cual estrellas de la noche,
mas son hoyitos de nubes...
Rápidamente el Sol,
prepara el lienzo sombrío
tiñéndolo de colores
refulgentes con tonos claros,
hace trazos por doquier
sin ninguna dirección
y a la mayor perfección;
quiere avivar el fondo
a su majestuosa salida
y vestido rosa – lila.
De repente una nube gris
que se asemeja a un caballo,
apura el paso a lo lejos
hacia la humanidad del Sol
e insólitamente lo surca
en su redondez excelsa,
lo hace muy lentamente
más nunca detiene el paso.
El Sol brinca de alegría
dándole la bienvenida,
y cuando no la siente dentro
lo demuestra dando saltos,
lo hace de lado a lado,
también de arriba y abajo...
lo hace de lado a lado,
también de arriba y abajo...
… Y para seguir el alboroto
el Sol safrisco flirtea,
con las nubes más cercanas
con las que rosan su piel;
y en un acto de cortejo
delinea sus cuerpos fríos
con sendos bordes dorados
de su brillantez genuina.
se vislumbra, ya se siente!
su silueta nítida y limpia
se niega a abandonar la
tarde,
camuflajeándose sagazmente
con su traje oro brillante,
que de a poco se disipa
para que no duela su
ausencia.
para medir su figura
y descontar su vida
en 10 segundos tal vez:
Oculta ¼ parte primero,
de su cuerpo cansado
después ½ le sigue
aunque sonriente se ve,
y cuando llega a ¾
sus destellos son completos
hasta que se desvanece…
Como al principio lo hizo,
el Sol deja tendido un
lienzo
más esta vez no se sabe
la suerte que le depara:
¡Si queda con arreboles,
cautivadores y furtivos;
O para nubes blancas
con prendedores brillantes;
Tal vez nubarrones tristes
con dejos de nostalgias!
Nadie sabe lo que viene,
hasta que muere la tarde
y junto a ella también,
¡El Sol Rosado de aquella
tarde de marzo!
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